No os asustéis del título, en realidad lo único malo que tuvo el Campeonato de España de Triatlón de Larga Distancia de Orihuela fue la climatología, y para ilustrar lo malo que hubo, os remito a este blog de Dani Muñiz, un compañero del Lagunak, que relata de una forma muy épica los aspectos más dramáticos de la competición (http://tridanimg.blogspot.com/).
En mi relato me voy a centrar en lo anecdótico, en lo divertido de un fin de semana que, como tantos otros a lo largo de una temporada, nos permiten afianzar amistades y conocer mejor a los compañeros de este viaje que llamamos “triatlón”.
Así que, esta vez, un abultado equipo de 8 ecoesportianos, 7 chicos y 1 chica, un poco desproporcionado la verdad, pero qué mejor acompañada, je je! nos ponemos en ruta hacia Orihuela:
Carlos Aznar, Fernando del Olmo, Jorge Expósito, ellos tres en élite, y
Hugo Écija, Andrés Bolumburu, Gerardo Galeote, Armando Lechuga e
Isabel Zapata, en grupos de edad.
Otras valiosas promesas del equipo, como
María “Contador”
Paredes y
Amparo “mami”
Flórez estuvieron allí esta vez para animar, gritar, empujar, recoger la ropa que nos sobraba, etc, ese trabajo de utilleras que a Ángel tanto le gusta … pobrecitas, qué paliza y qué frío pasaron. Porque si para los deportistas el número de horas de competición son duras, para nuestro público incondicional, pienso que estar de pie, 9, 10, 11, 12 horas … sin comer, sin tomar un cafelito, ahí, a pelo, solidarios con los machaquillas, es incluso peor.
Fernando y yo tuvimos el privilegio de compartir el fin de semana con
Carlos Tablado, compañero del Aguaverde, y su mujer
Marilola, que hizo de reportera fotográfica para esta crónica. Así que el sábado tempranito nos ponemos en ruta, sin incidencias, hacia Orihuela, bueno en realidad, hacia San Fulgencio, donde pernoctábamos. Nos las prometíamos muy felices con la idea de comernos una paellita según llegáramos al terruño, pero, claro, no nos percatamos de que en esta época del año, en estos lugares de costa sólo hay viento, pisos vacíos y guiris (que mal que bien, viven mejor en Alicante que en Hamburgo, muy a pesar de la gota fría). Así que tuvimos que renunciar a la paella y conformarnos con unas ensaladas y unos segundos de plancha, que lo que toca hoy es estar nervioso y cuidar el estómago, no vaya a ser …
Por la tarde contábamos con el tiempo justo para preparar la ropa, la bici y otras cosas que tienes que dejar el día antes para la T2. Supongo que la mayoría ya sabéis que esto de dejar las cosas el día antes es práctica habitual en las pruebas de larga. Hasta ahí, todo normal. El problema es que con los nervios, con la incertidumbre, no sabes muy bien cómo te vas a vestir en la T2, no sabes si hará frío o no, o lloverá, así que, con las dudas, metes más ropa que cuando te vas de viaje un mes. Problema: las bolsas que nos dan (obligatorias) para la T1 y la T2 son muy pequeñas, como las clásicas guardazapatos. Así que metes de todo y a presión. Más vale que sobre … Repaso de la bici, repaso mental de lo que necesitas para la T2 … pues así y todo siempre se te olvida alguna tontería.
Cuando llegamos al filo de las 6 de la tarde al Palacio del Agua, que pese a su historiado nombre, es un polideportivo con piscinas, no sin que Carlos mediara algunas palabritas con el Tom Tom, que se empeñaba en llevarnos a Murcia por lo que pude sospechar, nos fuimos encontrando con todos los compañeros que, mucho más diligentes que nosotros, ya habían recogido sus dorsales y entregado sus bicis.
Como ahora anochece pronto, ya veíamos que el tiempo empeoraba a lo largo del día. En vez de amainar, cada vez soplaba más fuerte. Las palmeras se tumbaban, las bolas de hierba seca (como en el
far west) se arremolinaban por la carretera, la sensación térmica era de frío (creo que los nervios también tienen algo que ver en esto …), uyyyy, qué mala pinta.
La Flórez contando: “os vais a crujir, para salir al pantano, tenéis que atravesar un "canal de la muerte", como lo ha llamado la Organización, creo que el suelo tiene piedras y trozos de asfalto y loza, y corta. Igual ponen una pasarela o algo, pero está chungo, chungo” … gotilla de sudor frío por la nuca. Bah! No será para tanto!, la Flórez nos está vacilando, como es ella…
Pero sin perder la sonrisa, ahí estamos todos, con cara de optimistas, con cara de “aquí no pasa nada”, “qué bien mañana”, madrugón, frío, desayuno entrecortado, sueño …, vamos, que estábamos, quien más quien menos, visualizando para nuestros adentros el despertar del día siguiente. Qué felices! Qué angustia, narices!
Expósito, además, dedicó un tiempo extra a memorizar dónde estaba el penalty box. Es necesario que el muchacho lo haga, porque si no ...
Nos vamos a la reunión técnica. La verdad es que de
Ximo Rubert poco más hay que decir, que tiene un valor y unas ganas el hombre … que no está pagado. Pero muy en su línea de animar más si cabe a la tropa, empieza su presentación con un poema de Miguel Hernández que habla de la muerte…. Uffff, qué mal fario! No encuentro el poema que eligió, pero este otro es bastante ilustrativo del sentir general:
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan y
al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
En fin, que era muy alegre el poeta.
Cuando Ximo abre su presentación, un gran título encabeza la misma:
I Triatlón de Orihuela “Vientos del Pueblo”. Madre mía ….
Entre risa y risa, el Ximo va contando que “difícilmente vais a olvidar este triatlón”, que “este no es un triatlón de alfombra roja y glamour”, y otras pinceladas del mismo corte que nos iban demudando la color a todos. Madre mía … dónde nos hemos metido.
Terminado el evento, nos
arrastramos hacia el bar donde la Organización nos agasaja con una pasta party... Party, party, lo que se dice party … no se percibe gran júbilo. A estas alturas de la tarde, ya la gente no hace más que mirar el reloj contando
las horas de vida que nos quedan … los macarrones se nos hacen bola, el pollo no pasa del esófago, alguno más animoso se toma una cerveza (la última cerveza, como quien está en la Última Cena), la conversación gira en torno a memeces (no me acuerdo ni de lo que hablamos). Las ojeras se van profundizando, cada vez tenemos más frío y sueño. Toca irse a dormir.
Salimos a la calle y el viento es peor que por la tarde, mala pinta, esto no es un viento térmico que por la noche amaina, esto es borrasca en toda regla.
Por mucho que intentes meterte en la cama rápido y dormir rápido, te pones a repasar la mochila (mochilón) que va a la T1, luego empiezan las taquicardias, el sueño sobresaltado … salvo, creo, Fernando, que dice dormir como un tronco. Será que tiene la conciencia tranquila …
Por fin suena el despertador a las 5 am. Como en casa de Carlos no se oye una brizna, el tiempo es una gran incógnita, así que en pijama y todo, salimos a la calle en noche cerrada. La temperatura no es mala, pero hace un viento….
Lo que fue la prueba, más o menos, está relatado en el blog de David. De nuestro cuño añadir que, cuando el juez nos explica dónde están las boyas, imaginaros un triángulo escaleno, de unos 1700 metros de hipotenusa. Vamos, yo no veía
NADA. Pensé "aplica el sentido común y oriéntate por las marcas geográficas, la montaña, la casa, el pueblo" … Lo más sorprendente fue cuando sobrenadamos un bosque, sí, sí, no flipéis, nadamos por encima de las copas de unos árboles secos, naturalmente, que yo temí morir atrapada como una mosca en una telaraña. Bueno, morir es una exageración, pero temí por mi neopreno, que cuesta una pasta. Así que me dediqué a sortear las ramas, nadando con la cabeza fuera y haciendo eses para no quedarme enganchada.
A medida que salíamos del resguardo del farallón del pueblo de salida, Torremendo, las olas iban en aumento, al punto que, según mi experiencia, nadar en el Cantábrico en día de marejada y nadar aquí, me parecía lo mismo. Menos mal que el agua que tragábamos era dulce y potable (creo), que si no … La peor parte era el trozo entre las dos supuestas boyas, a decir del juez, cercanas. Yo cuando llegué a la segunda boya, no veía la tercera, no os digo más. Las olas nos atacaban ferozmente de frente y teníamos que levantar la cabeza cada tres brazadas. Lo más curioso de esta natación es que la poca gente que te cruzabas nadaba en cualquier dirección, lo cual te daba a entender que, o bien estaba dando vueltas sobre mi misma como una peonza, o el resto de la tropa estaba bastante perdida … Entre la segunda boya y la vuelta, definitivamente, yo temí por mi vida. Tuve un conato de calambre, creo que de la tensión con la que estábamos nadando, y llegó un momento en que no veía absolutamente a nadie. “Si me ahogo aquí, nadie se entera, sólo los peces, glups”. Tuve la intuición de seguir la dirección que me llevaba de vuelta a Torremendo, porque, mal que bien, pensé, al pueblo llego y así me rescatan en sitio conocido.
En la transición hay gente que se ríe de lo surrealista del momento, algunos se caen al montar en bici: congelados, con un viento que tira las bicis y cuesta arriba no aciertan a meterse las zapatillas... Ráfagas de viento de hasta 60 km/h te hacen pensar que tus brazos no aguantarán la tensión durante 111 km, y te ríes cuando ves que el de delante va inclinado como en las curvas de un velódromo para que no le tire el viento ¿iré yo así también?. Bueno, salvo los 10 salvajes de élite (incluido el Carlitos) que me doblaron e iban como si nada, como si el viento no fuera con ellos. Tanto viento hacía que las piraguas volcaban en el pantano, los de la organización no podian montar la carpa para el cambio de ropa (a la pregunta de "y cómo me cambio?", un voluntario con sonrisa picaruela y cara de perplejidad me contesta "algo haremos" - al final consiguen medio montar la carpa de las chicas, ya me veía en bolingas ahí en medio de la nada).
Del resto de la prueba no os cuento más, Dani lo ilustra muy bien, aunque también hubo momentos buenos cuando escuchabas (que no veías), a alguien que se desgallitaba gritando tu nombre. Eso te insuflaba un ánimo …. La peor parte de la bici fueron los últimos 10 km, que ya te las prometes felices, qué bien, viento de atrás, llano, a toda pastilla, me quedan 20 minutos para el tiempo de corte … y una leche! Todo el vientaco de frente, con un dolor de cuádriceps y un agobio para entrar en tiempo de corte … ehhh! Chavales, que me sobró 1 minuto! Qué calentón!
Cuando me bajo de la bici y salgo de la transi, oigo a la Flórez que me grita, “venga Zapata, que la carrera es lo tuyo”, sí, maja, en condiciones normales, pero esta vez, iba muy muy malita …. Pero bueno, he de decir, que la carrera era muy chula. Que conste que la bici también es muy chula, pero no la pudimos disfrutar a gusto.
Meta y se acabó.
La entrega de trofeosCuando veo a Fernando le pregunto, qué, qué habéis hecho, y me dice “terceros”, así que voy corriendo (miento, andando) al panel y veo que las clasificaciones están mal. Han clasificado a Carlos, Fernando y Hugo. En realidad, quien puntúa es Jorge por haber corrido en élite, si bien es cierto que Hugo se marcó un carrerón el colega … que entró por delante de la mayoría de los élite. Voy donde los jueces y les pido que corrijan. Lo hacen … a duras penas. Contentos, contentos, terceros por equipos, guau, qué pasada! A nadie se nos ocurrió sumar los tiempos de los competidores …
Total, que empieza la entrega de trofeos y llaman a los chicos al podio. Sólo se habían quedado Fernando y Armando para representar al Ecosport. Imaginaros la cara de perplejidad que tenían los compañeros del Mataró y del Fluvial, los pimpollos, jovencitos, altos, musculosos, guapetes, arreglados pero informales …, cuando se suben estos 2 veteranos, que más parece que vienen de la compra del super que otra cosa, y se les quedan mirando como diciendo, pero estos abuelos del Ecosport ¿qué comen? Risas …
Bueno, en realidad, que sepáis que nuestros chicos han quedado
SUBCAMPEONES DE ESPAÑA DE TRIALÓN DE LARGA DISTANCIA POR EQUIPOS. Ahí es ná.
Además
Carlos Aznar consigue un
5º puesto de la general lo que le consolida en el
segundo puesto del ranking nacional de larga distancia 2011.
Y la Zapata, para salvar la honrilla de la representación femenina, pues
Campeona de España de Triatlón de LD de su GGEE. Ejem, estaba sola, pero bueno hay que terminar … que no fue poco (ehhh, y en tiempo de corte, ¿qué os creíais?)
Fotos cortesía de Marilola Gilabert, María Paredes y Ximo Rubert
